Es común que las personas, al llegar a cierta edad, vean disminuidas sus capacidades para ejecutar las actividades cotidianas con normalidad. Incluso, es posible que acciones tan normales como ir al baño por sí solos, no sean capaces de ejecutarlas, por lo que pasan a un estado de absoluta dependencia. En estos casos es importante saber que cualquier residencia no servirá para ellos.
Tener a una persona mayor con dependencia en casa es una situación que genera mucho compromiso y dedicación para quien deba responder por ella. Como es lógico, en la mayoría de las situaciones hace falta salir a trabajar y cumplir con otras responsabilidades, por eso, las residencias de ancianos se vuelven una alternativa provechosa.